Mis hermanos
Laika, el drama de los Perritos de la Pradera es simbólico del drama de la naturaleza en general: ¡no tienen un buen abogado para defender sus derechos!
Llegará un día Laika, donde quizas existirán abogados para defender los derechos sea de animales, es decir de un ecosistema, sea de parcelas de tierra, que es lo mismo. No puede, no tiene que tardar mucho este día ya que las cosas, si siguen a este ritmo, no anuncian un buen final. En tiempos nuestros, ser visionario es fácil.
¿Me entiendes, Laika?
Pero tenemos la manía de decir que no pasa nada. No pasa nada si los japoneses cazan, sin vergüenza, a las ballenas. No pasa nada si vamos construyendo autopistas y haciendo desaparecer bosques. No pasa nada si el aire que respiramos es todo menos aire puro. Y no pasa nada si unos Perritos de la Pradera, en algún lugar no muy lejano, están desapareciendo a la velocidad de la luz.
Bof. No pasa nada, decimos.
Bueno, yo digo que sí, que pasa.
Laika, escucha. A mi no me gusta que desaparezcan bosques, en realidad me desagrada mucho. Me pone nerviosa pensar que todos los habitantes de estos bosques ya no estén. Me duele pensar en los arboles que habían, en la fauna que los rodeaba, en la atmósfera que existía en este lugar que ya no es. Me hace daño y no lo acepto.
Me pongo triste cuando hablo con crios que no saben lo que es un conejo, por ejemplo. O que nunca han visto una araña y su maravillosa telaraña. O una abeja bailando sobre una flor.
Pero volvamos a la problemática de los Perritos de la Pradera, estos roedores simpáticos e inteligentes que viven en las praderas americanas y hacen parte integrante, desde centenares de años, de un ecosistema rico y sabio, como lo son todos los ecosistemas.
Y es que en el mundo en el que vivimos solo cuentan, más o menos, los beneficios. Cualidad de vida, humanismo, naturaleza ya no son ideales importantes, en realidad es como si ya nada contase, tuviese valor. La vida misma, el ecosistema, todo lo que hace la belleza de un lugar con sus múltiples formas... Así van desapareciendo los bosques y sus magníficos mundos. Y sus magníficos animales.
Mientras tanto los Perritos de la Pradera son liquidados sin merced, con la bendición de los políticos que han legalizado el exterminio total de estos roedores. Dicen que son peligrosos cuando los peligrosos son ellos, los grandes y expansionistas rancheros que solo piensan en hacer crecer el campo de sus actividades benéficas. Esto está pasando en Estados Unidos en lugares dónde está prohibido tener un Perrito de la Pradera en casa, pero está permitido matar, torturar, quemar, ahogar, aplastar, estrangular a un Perrito de la Pradera. Este drama, que podría parecer un drama ajeno y hasta dejarnos indiferentes, es un drama que nos concierne todos, americanos como españoles, canadienses como ingleses.
Estamos hablando de un crimen contra la naturaleza, contra la vida y contra la tierra. Estamos hablando de un genocidio en el reino animal, de una gran injusticia no solo en contra de los Perritos de la Pradera pero de todo este ecosistema del que te estaba hablando, con sus diversas formas de existencia, del reino vegetal al reino animal, de la vida microcósmica a la vida mamífera, con sus bellísimos insectos, sus ricas plantas, su poética verdura, sus ciudades de roedores, y sus aves salvajes... En realidad todo un sistema que los rancheros han decidido aniquilar, aprovechando un régimen que tiene como presidente un ranchero que solo cree que el fusil (o revolver) es valido.
Un día, lo presiento, un abogado irá a la Corte para defender la tierra de un animal en vía de extinción. Defenderá este animal alegando que él fue el primero en habitar estas tierras que el hombre ha decidido de tomar en posesión y destruir. Defendiendo este animal delante la justicia, este abogado, este hombre del futuro, defenderá una parcela que es tuya como mía, que es nuestra parcela a todos, nuestra tierra y la tierra de nuestros hermanos los animales.
Para una excelente información sobre los Perritos de la Pradera podeis ir a la siguiente dirección:
www.prairiedoglover.com
Llegará un día Laika, donde quizas existirán abogados para defender los derechos sea de animales, es decir de un ecosistema, sea de parcelas de tierra, que es lo mismo. No puede, no tiene que tardar mucho este día ya que las cosas, si siguen a este ritmo, no anuncian un buen final. En tiempos nuestros, ser visionario es fácil.
¿Me entiendes, Laika?
Pero tenemos la manía de decir que no pasa nada. No pasa nada si los japoneses cazan, sin vergüenza, a las ballenas. No pasa nada si vamos construyendo autopistas y haciendo desaparecer bosques. No pasa nada si el aire que respiramos es todo menos aire puro. Y no pasa nada si unos Perritos de la Pradera, en algún lugar no muy lejano, están desapareciendo a la velocidad de la luz.
Bof. No pasa nada, decimos.
Bueno, yo digo que sí, que pasa.
Laika, escucha. A mi no me gusta que desaparezcan bosques, en realidad me desagrada mucho. Me pone nerviosa pensar que todos los habitantes de estos bosques ya no estén. Me duele pensar en los arboles que habían, en la fauna que los rodeaba, en la atmósfera que existía en este lugar que ya no es. Me hace daño y no lo acepto.
Me pongo triste cuando hablo con crios que no saben lo que es un conejo, por ejemplo. O que nunca han visto una araña y su maravillosa telaraña. O una abeja bailando sobre una flor.
Pero volvamos a la problemática de los Perritos de la Pradera, estos roedores simpáticos e inteligentes que viven en las praderas americanas y hacen parte integrante, desde centenares de años, de un ecosistema rico y sabio, como lo son todos los ecosistemas.
Y es que en el mundo en el que vivimos solo cuentan, más o menos, los beneficios. Cualidad de vida, humanismo, naturaleza ya no son ideales importantes, en realidad es como si ya nada contase, tuviese valor. La vida misma, el ecosistema, todo lo que hace la belleza de un lugar con sus múltiples formas... Así van desapareciendo los bosques y sus magníficos mundos. Y sus magníficos animales.
Mientras tanto los Perritos de la Pradera son liquidados sin merced, con la bendición de los políticos que han legalizado el exterminio total de estos roedores. Dicen que son peligrosos cuando los peligrosos son ellos, los grandes y expansionistas rancheros que solo piensan en hacer crecer el campo de sus actividades benéficas. Esto está pasando en Estados Unidos en lugares dónde está prohibido tener un Perrito de la Pradera en casa, pero está permitido matar, torturar, quemar, ahogar, aplastar, estrangular a un Perrito de la Pradera. Este drama, que podría parecer un drama ajeno y hasta dejarnos indiferentes, es un drama que nos concierne todos, americanos como españoles, canadienses como ingleses.
Estamos hablando de un crimen contra la naturaleza, contra la vida y contra la tierra. Estamos hablando de un genocidio en el reino animal, de una gran injusticia no solo en contra de los Perritos de la Pradera pero de todo este ecosistema del que te estaba hablando, con sus diversas formas de existencia, del reino vegetal al reino animal, de la vida microcósmica a la vida mamífera, con sus bellísimos insectos, sus ricas plantas, su poética verdura, sus ciudades de roedores, y sus aves salvajes... En realidad todo un sistema que los rancheros han decidido aniquilar, aprovechando un régimen que tiene como presidente un ranchero que solo cree que el fusil (o revolver) es valido.
Un día, lo presiento, un abogado irá a la Corte para defender la tierra de un animal en vía de extinción. Defenderá este animal alegando que él fue el primero en habitar estas tierras que el hombre ha decidido de tomar en posesión y destruir. Defendiendo este animal delante la justicia, este abogado, este hombre del futuro, defenderá una parcela que es tuya como mía, que es nuestra parcela a todos, nuestra tierra y la tierra de nuestros hermanos los animales.
Para una excelente información sobre los Perritos de la Pradera podeis ir a la siguiente dirección:
www.prairiedoglover.com
7 comentarios
Sergi -
El hombre es un virus con corteza de simple bacteria que engaña al mismo Creador...
Tierras, economía, pesca (la excusa de las focas es sólo un poco menos vergonzante que la de los noruegos y japoneses con las ballenas -y para ser ecuánimes, yo también suprimiría las corridas de toros, a pesar de los inconvenientes para la propia raza-), todo son pretextos para seguir extendiendo el virus humano.
Y lo peor es que tras los bisontes, o el lobo marsupial, fueron los indios o los aborígenes...
En fin, triste tema para reencontrarte.
Gracias por tu felicitación. Laika sigue sobre mi cabecero.
Un besazo.
Lydia -
Un besito,
Sefarad -
Ahora gracias a internet te enteras de casi todo.
No hay que perder la esperanza.
Lydia -
yo que tambien soy canadiense siento mucha verguenza por lo de las focas. Es un horror que no tiene nombre, uno entre tantos desgraciadamente.
Gracias por tu visita. Un abrazo fuerte,
Magda -
Como me gustaría que existieran abogados para defender los derechos de la naturaleza. Las pobrecitas focas en Canadá (y en Noruega, sino me equivoco) siguen siendo asesinadas a palos y el mismo gobierno lo permite.
Muchos besitos para ti.
P.D. Te acabo de enviar un correo-e. Gracias
Lydia -
Un beso muy fuerte,
rosa -
Que triste, me identifico con todo lo que mencionas en tu escrito. Es una pena como los humanos destruimos nuestro entorno, animales plantas, incendios... bueno, y nos matamos los unos a los otros, tranquilamente .
Deberiamos aprender de los animales ellos jamás destruyen su entorno, y solo matan para comer.
"Yo quiero ser civilizado como los animales", como decía la canción de Roberto Carlos.
Un abrazo fuerte.
Gracias por tu post.