Mi amiga la rabia
A veces, Laika, hay momentos de gran silencio.
Te digo esto, mi querida Laika, porque durante estas ultimas semanas no he podido venir aquí, contigo, a compartir mis penas y mis alegrías. No porqué no quisiese, pero porque no podía. Estaba en medio de un torbellino, no era ni capaz de tomar este espacio para mí.
Ahora todo ya ha terminado, como una gran pesadilla que acaba su papel de pesadilla y deja llegar un poco de luz clara.
Las pesadillas son importantes. En ellas nos peleamos con monstruos que aparecen de la nada, es decir del fondo de uno mismo. En cada pesadilla luchamos para sobrevivir y siempre, si queremos, salimos de la pesadilla más fuertes y más valientes. Este es el papel de la pesadilla, hacernos ver nuestra fuerza y nuestra valentía...
...Vino, hace 3 semanas, un hermano de mi padre a visitarnos. Este personaje, con los días, se ha transformado en un monstruo implacable. Durante 3 semanas me he peleado con él, con lo que él despertaba en mí, la rabia. He acabado rendida pero he ganado la batalla. Soy una buena caballera, una luchadora, una mujer valiente. Esto mi tío no lo sabia.
La rabia, mi amiga, me ha abierto los ojos. Me ha hecho descubrir hasta que punto mi paciencia tenia sus limites, hasta que punto mi bondad tenia sus limites. No es fácil ver estas cosas, y aceptarlas. Nos enseñan, desde muy chiquitas, que una lo tiene que dar todo, que una lo tiene que aceptar todo, hasta la mala educación y la insolencia. La rabia me ha hecho chillar un NO espeluznante. No espeluznante para mí, pero para mi tío. Este, al oírlo, se ha escapado el rabo entre las piernas.
La rabia, esta fuerza que puede destruir, me ha construido. Y me ha mostrado que la generosidad, frágil flor, no todos la merecen. En todo caso mi tío no se la merecía.
Evidentemente me he cansado mucho y ahora estoy como después de una batalla, muy fatigada, un poco despeinada, por dentro y por fuera, un poco pálida.
Tambien he aprendido que para afrontar monstruos hay que protegerse, llevar una buena capa de hierro, lo que quizas me faltaba un poco. Pero bueno, con el tiempo...
Durante estos días tan duros es verdad que siempre has estado a mi lado, dándome coraje y buena energía. Tambien mis dos perritos de la pradera, mis dos angelitos sabios, Buda y Shiva. Y Claude, mi compañero. Entre todos nosotros, unidos y valerosos, hemos salido de la pesadilla.
Ahora: un poco de descanso, muchas vitaminas. Todo vuelve a la normalidad. Aquí estoy, amiga Laika. ¡Viva y fuerte!
Te digo esto, mi querida Laika, porque durante estas ultimas semanas no he podido venir aquí, contigo, a compartir mis penas y mis alegrías. No porqué no quisiese, pero porque no podía. Estaba en medio de un torbellino, no era ni capaz de tomar este espacio para mí.
Ahora todo ya ha terminado, como una gran pesadilla que acaba su papel de pesadilla y deja llegar un poco de luz clara.
Las pesadillas son importantes. En ellas nos peleamos con monstruos que aparecen de la nada, es decir del fondo de uno mismo. En cada pesadilla luchamos para sobrevivir y siempre, si queremos, salimos de la pesadilla más fuertes y más valientes. Este es el papel de la pesadilla, hacernos ver nuestra fuerza y nuestra valentía...
...Vino, hace 3 semanas, un hermano de mi padre a visitarnos. Este personaje, con los días, se ha transformado en un monstruo implacable. Durante 3 semanas me he peleado con él, con lo que él despertaba en mí, la rabia. He acabado rendida pero he ganado la batalla. Soy una buena caballera, una luchadora, una mujer valiente. Esto mi tío no lo sabia.
La rabia, mi amiga, me ha abierto los ojos. Me ha hecho descubrir hasta que punto mi paciencia tenia sus limites, hasta que punto mi bondad tenia sus limites. No es fácil ver estas cosas, y aceptarlas. Nos enseñan, desde muy chiquitas, que una lo tiene que dar todo, que una lo tiene que aceptar todo, hasta la mala educación y la insolencia. La rabia me ha hecho chillar un NO espeluznante. No espeluznante para mí, pero para mi tío. Este, al oírlo, se ha escapado el rabo entre las piernas.
La rabia, esta fuerza que puede destruir, me ha construido. Y me ha mostrado que la generosidad, frágil flor, no todos la merecen. En todo caso mi tío no se la merecía.
Evidentemente me he cansado mucho y ahora estoy como después de una batalla, muy fatigada, un poco despeinada, por dentro y por fuera, un poco pálida.
Tambien he aprendido que para afrontar monstruos hay que protegerse, llevar una buena capa de hierro, lo que quizas me faltaba un poco. Pero bueno, con el tiempo...
Durante estos días tan duros es verdad que siempre has estado a mi lado, dándome coraje y buena energía. Tambien mis dos perritos de la pradera, mis dos angelitos sabios, Buda y Shiva. Y Claude, mi compañero. Entre todos nosotros, unidos y valerosos, hemos salido de la pesadilla.
Ahora: un poco de descanso, muchas vitaminas. Todo vuelve a la normalidad. Aquí estoy, amiga Laika. ¡Viva y fuerte!
5 comentarios
white -
Saluditos
muralla -
No vuelvas a tardar tanto en darnos noticias...
Muchos besos. Muralla.
Noctámbulo -
Me alegra que estés de vuelta.
Besos.
Sefarad -
Lo siento, la rabia es buena sentirla, pero no durante mucho tiempo.
Petonets!!!!
rosa -
Ya veo que la lucha ha sido ardua, pero parece que has s ganando la batalla, con ayuda de tus seres queridos.
Un beso para Buda y Shiva por darte cariño y hacerte compañia.Un saludo para Claude por lo mismo.
Un fuerte abrazo animoso para ti amiga.