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meditandoconlaika

Fragmentos y personajes

Fragmentos y personajes Fue durante la fiesta del cumpleaños que él le dijo así, medio riendo, pero qué dices... si eres demasiado vieja para estas cosas. Hubo un silencio, de estos largos silencios que son todo menos silencios, hasta de ruptura hablan estos silencios impenetrables y a la vez tan claros. Él la miró en los ojos ya arrepentido de sus palabras y le pidió perdón con la mirada pero creo que era ya muy tarde, ya no valía la pena ni pedir perdón ni nada.

Eso creo pero no estoy segura. Nunca estoy segura de nada con mis personajes. A veces actúan de una manera y yo no le puedo hacer nada. Eso de tratarla de vieja en medio de una fiesta, pues no sé, no sé. Pero yo lo oí nítidamente, eso dijo, eres ya muy vieja y los otros personajes tambien lo oyeron y sobre todo Fabiana, sobre todo ella. Y bueno, tambien Josefa, sentada sobre el sillón, toda de rosa la Josefa. Creo que Joaquín
sabia muy bien que diciendo eso Josefa se pondría contenta. Bueno, creo que no, que no lo sabia pero sí que tenia como una intuición.

Antes habían hecho el amor, sin embargo, y con mucho placer y pasión, esto lo sé porque los estuve mirando. Además Joaquín y Fabiana son muy espontáneos y les gusta, sí, hacer el amor. Me lo dijo Fabiana cuando la vi estirada sobre la cama esperando a Joaquín que no había llegado aun de la universidad. Estaba leyendo y levanto la cabeza y me miro directamente en los ojos y me pidió si iba a dejarle hacer el amor con Joaquín. Yo tardé en contestar porque nunca estoy muy segura de nada con mis personajes. A veces les pido de hacer algo y hacen todo lo contrario. Depende de los personajes y depende de mi fuerza de voluntad.

- Bueno, te lo pido porque tú ya sabes que me encanta hacer el amor con él, es tan bueno conmigo.

Bueno, bueno... Esto era discutible. Los hombres son buenos pero tambien son otra cosa. En fin... Fabiana estaba muy guapa sobre la cama con el pelo mojado (acababa de ducharse) y la luz de la mesita daba un reflejo azulado sobre su cabello negro. Su cuerpo desnudo y cálido bajo las sabanas me gustaba desde un punto de vista puramente creativo y esto porqué lo sabia abierto y en espera de otro cuerpo.

- Pero bueno, le dije a Fabiana, tu solo piensas en hacer el amor y nada más. Esto no puede ser. Hay cosas más importantes en la vida ¿no sabias?

En su mirada había una cierta ironía cuando preguntó: "¿No me digas?" No le contesté. A veces no vale la pena hablar. El caso es que yo los estuve mirando mientras se amaban sobre la gran cama, una cama ancha y tibia, una cama que era perfecta para amarse, acariciarse, besarse, enredarse. Lo vi todo, sus cuerpos unidos, la luz de la habitación, la luz de sus ojos, el rozar de las pieles, el hondo de las respiraciones. Y me gustaba mirarles en sus debates y debieron notar algo porque de repente Joaquín levanto la cabeza y sonriéndome me dijo:

- Oye, ¿no te gustaría unirte a nosotros? ¿O es que eres solo una mirona?

Leonard dice que tendría que tomarme unas vacaciones pero lo dice riendo mientras me ofrece una Guiness y me enciende un pitillo. A Leonard le cuento todo porque él tiene una gran comprensión física y mental de mí. Y esto que es un informático. Una vez por semana nos damos cita en este pub Irlandés y bebemos y reímos y hablamos y luego, si estamos de mal humor o de buen humor o como sea Leonard me lleva a su casa de campo situada en una buena zona no muy lejos de Barcelona y bueno, eso ya es otra historia que no voy a contar aquí porqué no interesa a nadie. El caso es que a Leonard le gusta oír las aventuras de mis personajes. Yo me pregunto si será porque siempre hay una cama debajo de ellos. De ahí su mirada siempre tan brillante, su alegría cuando confío mis dudas e invenciones. Su gran atención bien viril y masculina.

- A ver chica, ¿me puedes decir por qué Joaquín trata de vieja a Fabiana? ¿Estará cansado de ella?

En realidad no sé exactamente porque Joaquín dijo aquellas palabras. Alomejor estaba de mal humor. Bueno, ya lo dije antes, por ahí andaba la pesada de Josefa, una mocosa de 23 años, rubia por cierto y con mirada de sirena. Una estudiante de Joaquín, y una buena estudiante, es decir obediente y amable. El muy pillo de Joaquín tuvo la desfachatez de invitarla al cumpleaños de Fabiana. Una fiesta muy animada, con sangría, tortilla de patatas, bocadillos de chorizo y queso, alcohol fuerte. Y de repente alguien dijo que se podría organizar una orgía, era una broma de estas sin mas y Fabiana dijo que seria bueniiiiiiisimo y entonces Joaquín salió con eso de lo vieja que estas, que a las viejas no les va esto de acostarse con dos o tres tipos a la vez. Ya hablé del silencio como una espada y luego vino el suspiro del silencio cuando Fabiana se dio la vuelta sin romperle la cara a Joaquín con la botella que tenia entre las manos. Joaquín miró de lado, de repente tenía frío pero estaba consciente que Josefa lo estaba enfocando con tanto candor que rápidamente se le fue el frío, se le fue la culpabilidad, se le fue todo sentimiento amargo. Y hasta se le fue el porqué había dicho aquello.

- ¿Estas segura? pregunta lentamente un Leonard muy amoroso. ¿Cómo puedes estar tan segura de lo que sentía Joaquín en aquel instante? Eres mujer. Estas cosas son muy complicadas.

Si, estoy segura, segurisima de lo que estaba viviendo Joaquín en aquellos segundos espesos cual una masa negra y rosa, negra como la mirada de Fabiana cuando alzó los ojos hacia él, sorprendida, y rosas sus bellas mejillas, rosas como el vestido de Josefa, o como Josefa debajo del vestido. Lo que no estoy segura es de sí Joaquín se estaba dando cuenta que aquello era el principio de una finalidad irreductible entre él y Fabiana. Fabiana ella ya sabia, lo supo desde que vio a Josefa llegar, Josefa entrando en la casa, atravesando el umbral de la puerta y buscando a Joaquín con aquella mirada que fue como un látigo en las sienes de Fabiana, y bueno, lo de vieja fue mas que un latigazo, fue un punto, un punto oscuro, un punto y aparte. Un punto final.

Leonard se ríe. En parte me gusta Leonard por su risa que es como una ventanilla que me permite ver las cosas con perspectiva y espacio. Pero no solamente hay su risa. Como Joaquín, Leonard es un buen amante. Esto es muy importante, Fabiana lo sabe como lo sé yo.

- No te vayas por la tangente, me sopla Leonard y sé que en sus brazos todo es posible hasta la misma verdad. Los brazos de Leonard son fuertes y en ellos tengo la sensación de que voy a ver mas claro y de que no voy a perderme, nunca.

- No, no es esto... No le tengo celos a Josefa... Pero sí, Fabiana es mayor que Joaquín, casi 13 años de diferencia. Esto es un punto muy importante ¿no crees?

Leonard me besa la frente.

- Si, es importante pero no necesariamente motivo de ruptura o de desgana. Fabiana es bella, tu mismo lo dijiste. Es fuerte, valiente, como todas tus heroínas. ¿O es que quieres terminar el cuento estilo tragedia?

Hay cosas que no puedo controlar, por ejemplo esta atracción por la novedad que Joaquín empezó a sentir. Este deseo por otro ser, otra Fabiana (eso cree él.) ¿Quién soy yo para decidir lo que hará el personaje de Joaquín? Y otra cosa: Fabiana sabia perfectamente que esto, algún dia u otro, ocurriría. Por la edad, si, y por otras cosas tambien, para empezar por el mismo destino que hizo llegar de súbito, una mañana de otoño, a una Josefa en la clase de Joaquín y cuando él levantó la mirada de sus notas solamente vio a Josefa.

- ¿Y si hicieses desaparecer a Josefa del decorado, que pasaría?

Las caricias de Leonard son extraordinarias, son como las de Joaquín, estoy segura. Y Leonard tiene el don de concentrarse en el gesto al mismo tiempo que habla y reflexiona. Es una buena terapia, él lo sabe y yo tambien. Hacer el amor y hablar, como si hacer el amor diese lugar a otro nivel de la palabra, de la mente. Un dia voy a tener que escribir un cuento con un personaje como Leonard.

- Si... Ya he probado pero no funciona. Josefa es muy fuerte, no creas. Más fuerte de lo que pensaba. Parece medio idiota y en parte lo es por su juventud y su inocencia. Pero no quiere largarse de la historia.

- ¿Se lo has pedido?

- Si... ay, si... se lo he pedido pero no quiere, dice que tiene derecho de existir al igual que Fabiana. Y realmente creo que tiene razón. Por muy burra que sea.

Después pierdo la cabeza pero no llego a perderla enteramente aunque mi realidad con Leonard me lleve en un océano de placer. No puedo, no quiero olvidarme totalmente de Joaquín, de Fabiana ni de Josefa, no puedo olvidarme de la habitación donde Joaquín amó por ultima vez a Fabiana, de la fuerza que había en aquellos gestos tan suaves porque eran los últimos, de la mirada que me dio Fabiana cuando Joaquín se levanto para prepararse para la fiesta, y pronto llegarían los amigos... No, no puedo olvidarme de la mirada de Fabiana, de aquella luz en sus ojos negros posados sobre mi y
pregúntame por qué...

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