Blogia
meditandoconlaika

Enfado

Laika, el otro día mi amigo Joaquín me aconsejó que volviese a leer a Montaigne, para calmarme.

Pero Laika, yo no quiero calmarme. Estoy enfadada y quiero seguir enfadada. Y la razón es simple. Estoy enfadada porqué no hay hombres que se puedan llamar hombres sobre la tierra.

¿Que ya lo sabias? Pues yo no. Yo siempre he pensado que aún existían la valentía, el honor, el coraje, la conciencia y la virilidad. Siempre he asociado estas cualidades con los hombres. Así me lo han enseñado, desde chiquitita. Así he pensado que era. Que mentira tan grande que nos han contado...

Estamos, las mujeres, rodeadas por un gran vacío.

Nosotras, el sexo débil, no tenemos a nadie que nos proteja. Ni a nosotras ni a nuestros hijos ni a nuestros ancianos, ni a nuestra amada madre la tierra. Vivimos en un mundo sin protección, abandonado. Es terrible.

Los hombres, el sexo fuerte, han decidido desde hace muchos siglos llevar las riendas de este mundo. Ellos han tomado las decisiones en lo referente a todo: medicina, ciencia, política, física, astronomía, arte, ecología. Todo, absolutamente todo, hasta la maternidad, ha ido a parar bajo el yugo del hombre. ¿Y qué pasa? Pues pasa que no avanzamos. Que no evolucionamos, que la vida sobre la tierra es ya un infierno en muchas partes. Pasa que sigue esta barbarie terrible que hace de los seres humanos un animal sin conciencia, la guerra. Pasa que siguen muriendo más de 50 mil crios por día en el mundo. Genocidio, asesinatos en masa, racismo, explotación, esclavitud, fanatismo, terrorismo, violaciones, lapidaciones...

Las mujeres estamos enfadadas con los hombres, hace siglos y siglos que este enfado dura y dura y dura. Es algo que no se dice abiertamente, pero que está ahí, entre el hombre y la mujer. Y nosotras, las burras, callamos. Soportamos.

¡Ah! Laika, que mal apañadas estamos las mujeres con estos hombres que no saben dirigir la tierra. Que no saben que virilidad no es violencia. Que ignoran que hay otras maneras de llevar el planeta, otras maneras menos violentas, más femeninas, más humanas.

En realidad, siempre ha sido así. Nuestras abuelas han tenido que soportar a los hombres, y las madres de nuestras abuelas, y las madres de... Bueno, para qué continuar.

Yo digo basta. Esto no puede continuar. Esto no puede ni debe continuar. Yo digo basta de tanta masculinidad en la tierra, en todas partes. Y estos hombres que nos rodean, nuestros amantes, nuestros padres, nuestros hijos, nuestros vecinos, estos hombres no quieren cambio, no quieren ni saben que podría haber otra manera de hacer las cosas. No se quejan. Y los políticos, nuestros representantes, siguen comportándose como los hombres de las cavernas. Con agresividad, con competitividad, con un sentimiento todopoderoso que les ciega y hace de ellos una raza desordenada, hace de ellos y de todos los hombres de la tierra el sexo inferior.

Ay Laika, ¡qué enfadada que estoy!¡ Pues no! No voy a leer a Montaigne. En lugar, voy a leer a Mary Daly, y a Dale Spender y tambien a Marilynn French, a Adrienne Rich. Voy a leer a mujeres que han dicho basta al patriarcado. Y pistas para combatirlo.

8 comentarios

lydia -

Maria, no te enfades... pero creo sencillamente que no tienes ni puta idea de lo que es la ironía. Busca en el diccionario. Y lee un poco más.

Maria -

Creo que es un poco más complicado que pensar sólo genética o sólo educación, porque si no, no estaríamos aún discutiendo esto. Ahora, Lydia, yo creo que confundes los términos: independientemente de que una mujer africana sea básicamente igual o no a un hombre africano, por usar uno de tus ejemplos, no tiene los mismos derechos, ni las mismas obligaciones, ni las mismas posibilidades, etc, etc. Y eso es una construcción meramente social, porque podrían tener la misma consideración social si quisiéramos, aunque los consideremos diferentes sexualmente o en su manera de pensar.
Otras cosas que hacen la cuestión complicada son hechos como que en la biología se ha demostrado que no existen dos sexos (XX e XY) si no bastantes otras cosas. Y que además puede cambiar a lo largo de la vida, y no sólo en los animales. Y en la sociológia se habla también de que el género, considerado como sexo mental, no es blanco o negro, si no que hay varias opciones. Ahora yo creo que estas opciones están también influenciadas por la hormonas que tienes, que a su vez están relacionadas con tu sexo, o al revés, vamos que es un lío.

Lo que no me gusta nada es que te enfades con los hombre por haber construido este mundo pero no te enfades con las mujeres por no haber participado. O que no te plantees si quiera, que si las mujeres lo hubiesen contruido, sería la misma basurilla. Creo que tienes una visión un poco limitada y muy sexista de la sociedad y de ti misma. Y yo diría que bastante machista, porque pensar que necesitas hombres que te protejan... me quedo sin palabras. Y asociar cualidades como: la valentía, el honor, el coraje, la conciencia a los hombres, es que no lo entiendo. A mi me parece que existen PERSONAS con esas cualidades y me resulta imposible asociarlas con un sólo género o sexo, si es que considerásemos que existen dos. Bueno, y lo de la virilidad, yo es que no sé ni que es, pero me da un miedo como suena...

Y que no hemos inventado la bomba atómica es circustancial, dame un par de añitos y verás. Porque las mujeres somos tan malas y tan buenas como los hombres. Y si no ya me dirás como actúan algunas mujeres en el poder, por ejemplo la condolezza rice o como se llame, valiente hija de perra. Y es mujer. Fíjate. Y cuantas otras a otros niveles, haciéndole la vida imposible a sus hijos por ejemplo.

Vuelvo a leer lo de "no le digas a una mujer africana que es igual que un hombre" y es una barbaridad. Porque es eso exactamente lo que le hay que decir, en el sentido de que tiene que tener los mismos derechos...

Ah, un mensaje de esperanza para ti: EXISTEN hombres geniales ahí fuera, yo conozco bastantes ;-)

lydia -

Joaquin,
Disculpa por lo de ¨los hombres no valen para nada¨. No es cierto y realmente no sé por qué dije esto. Se me debió ir la cabeza, perdí el sentido de la realidad, de lo justo. Los hombres valéis para mucho. Y al igual que nosotras sufrís las mismas injusticias.

Pero sigo en desacuerdo contigo. Los hombres y las mujeres no somos iguales. Y te voy a dar un consejo: no le digas nunca a una mujer africana que es igual que un hombre. Te mirará y se pondrá a reír y seguramente te dirá que de iguales nada, ya que ella se pasa el día trabajando en el campo y su marido charlando con los amigos bajo el baobab. Y tampoco le digas a una mujer que acaban de violar que ella es igual que un hombre porqué te mirará como si vinieses de otro planeta, lo que alomejor es cierto. Ni a una pobre chiquilla de Tailandia que acaban de vender para hacer de prostituta. ¿Iguales las mujeres en Afganistán, iguales que los hombres? Ellas tienen que llevar velo y los hombres pueden pasearse bajo el sol con las barbas libres. Se ve que esto de tener testosterona lleva privilegios.

Está claro que los hombres no sois iguales a nosotras. Ni físicamente ni mentalmente. Nosotras no violamos. No vamos a matar en las guerras. Nosotras no hemos inventado la bomba atómica. Somos diferentes, simplemente.

Joaquín -

Lydia: Yo estoy en contra de que los hombres detenten el poder en solitario... y también de que lo hagan sólo las mujeres.

Y sí: todos los hombres y las mujeres nos diferenciamos en nuestros órganos sexuales. ¿Pero tan importantes son como para hacernos pensar de forma distinta? También todos los blancos son distintos de los negros, y todos los que tienen ojos azules son distintos de los que tienen ojos castaños... Puede que una persona de ojos castaños y otra de ojos azules sean más similares que dos de ojos azules; y puede que un hombre y una mujer sean más similares que dos hombres. Las diferencias físicas no tienen porque dar lugar a diferencias en nuestro lenguaje o en nuestra forma de ver la vida. Los seres humanos somos mucho más que físico.

Dices que te gustan los hombres y luego dices "los hombres no valen para nada". Si yo dijese "las mujeres no valen para nada", me llamarías de todo (y con razón). En cambio te parece bien decir "los hombres no valen para nada". ¿No te das cuenta de la tremenda crueldad que estás cometiendo, de que estás actuando igual que actúan esos hombres a los que desprecias? Desde mi punto de vista, al decir eso estás demostrando que las mujeres son iguales a los hombres: también pueden decir las mismas tonterías... y podrían llegar a cometer las mismas injusticias.

Hay hombres valiosos como hay mujeres valiosas; hay hombres deleznables como hay mujeres deleznables; y, en realidad, la mayoría somos de las dos cosas.

Estoy de acuerdo en que la situación de la mujer tiene que mejorar todavía mucho y hay que luchar por ello. Pero la solución a una injusticia no es otra injusticia. La solución a la injusticia es la justicia: el poder repartido entre hombres y mujeres.

Lydia -

Monica,
gracias por tu comentario y por luchar, individualmente, por los derechos de la mujer. Cada mujer tiene que hacerlo
a su manera, en el trabajo, en casa, en la calle, en la cama.

Pero esto no es suficiente. Tú lo sabes. Los hombres tambien lo saben por esto no quieren compartir el poder.

No me gustaría que pensases que soy una vieja feminista extremista y amargada. No soy así, ni mucho menos. Soy feminista y me gusta la risa y pensar que los hombres no valen para nada. En realidad no valen para nada, aparte algunos casos, son la excepción y lo que digo creo que las mujeres lo pensamos en silencio. Son cosas que no se dicen, o no se decian. Aqui en España las mujeres habeis sufrido mucho del machismo y ya es hora que empeceis a decir alto que estais hartas de ello. Si no lo decis vuestros hijos no sabrán. Hay que hablar y fuerte. Y cuando un hombre venga y diga ¨hija mia, no hay para tanto¨ que podamos contestarle que si, que hay para tanto y para mucho más.

Laika te envia un beso humedo.

Lydia

Lydia -

A mi me gusta pensar que somos diferentes y que venimos de dos planetas. Esta misma diferencia es lo que nos une, o lo que nos atrae en el otro. Somos tan diferentes que no hablamos el mismo lenguaje, que vemos la vida de otra manera. Si fuesemos iguales no podriamos soportarnos.

A mi me gustan los hombres. Lo que no me gusta es el poder machista, y este poder es el que tenemos desde hace demasiado tiempo.

Joaquin, tú no eres en nada una mujer, y yo no soy un hombre. Yo, que sepa, no tengo cojones. Y tú, que yo sepa, no tienes dos ovarios. Nuestro paisaje interior es de dos planetas diferentes.

Joaquín -

Lydia: No te voy a comentar nada porque sabes de sobra lo que pienso. Lo resume bien Mónica en la primera parte: hay personas y personas, y el sexo no es lo que más nos diferencia sino lo que hacemos.

Mónica: Hay una cosa de tu argumento en la que no estoy de acuerdo: "Yo trabajo en un mundo de hombres, hecho por y para ellos". Eso es suponer que todos los hombres estamos contentos con ese mundo en el que sólo importa el trabajo y no la familia, y es mentira: muchos estamos en contra. Y muchos están a favor por cuestiones ambientales y no genéticas, es decir, porque los educan para ser "hombres" y no porque tengan dos cromosomas sexuales distintos.

Mónica -

Queria Lydia.

A mi a veces me gustaría que fuese todo tan fácil: hombre malo, caca, mujer buena, lista ;-)
Pero mucho me temo que no se puede simplificar tanto. Pienso que lo que hay son personas. Personas que hacen mal su trabajo sin saberlo, personas que hacen mal su trabajo siendo conscientes de ello, personas que se quejan y se revelan y personas que la mayoría de las veces se dejan llevar.
Quizás lo correcto sería luchar por lo que creemos y defender siempre a capa y espada, pero a mi personalmente no me compensa nadar siempre contracorriente, me canso.
A veces es necesario relajarse y tomarse las cosas de una forma más superficial para poder ver todo de lejos y poder darte cuenta de lo que de verdad importa.
Yo trabajo en un mundo de hombres, hecho por y para ellos. Siempre he defendido mis derechos, mi igualdad, mis posibilidades de evolución y progreso dentro de la empresa. En resumen, siempre he pensado que tenía mucho que aportar y que decir. Me he revelado en contra de la discriminación, del trato de favor a los hombres, de tener que demostrar mucho más que ellos, de que tu vida personal sea un freno para tu vida profesional... y sabes cuál es mi conclusión: que estoy embarazada y todo eso ha pasado a un segundo plano, ya no me 'importa', incluso a veces 'los hombres' me dan un poco de pena porque ellos jamás van a poder sentir ésto.

Un beso muy fuerte.