Energía
Tú y yo, Laika, en una playa, corriendo.
Es así como nos veo, en medio de una inmensidad ocre, brillante, de oro. El mar, el sol nos saludan, las aves, la arena. Corremos las dos, como dos crías, felices al fin de oler el agua salina, de respirar el aire marino.
No es un tópico, es así como quiero vernos, como desearía que estuviésemos, como quiero que estemos. Pero la realidad es muy diferente.
Mantengo mis ojos cerrados, respirando con amor.
¿Te gusta el mar, Laika? Las inmensas olas que van y vienen como va y viene la sangre, va y viene el amor, la pasión y el ritmo de la vida.
Coges velocidad, corres como un lobo, te paras, me miras de lejos, vienes hacia mí riendo y ladrando de alegría.
A lo lejos vemos de repente a nuestro compañero de vida, nos saluda moviendo los brazos y vamos hacia él, casi volando. Nos abrazamos y siento el pulso de su vida en mi centro. El tambien sonríe. En la realidad no tanto pero aquí, sí. Sus brazos, que rodean mi espalda, son fuertes y seguros, sus piernas aguantan nuestros cuerpos. Estamos en equilibrio sobre una piel de oro que es esta arena suave y buena.
Aquí, él no está cansado ni enfermo. Aquí él tiene energía, fuerza, y sus ojos brillan, brillan. Aquí reina la armonía.
Nos hemos sentado y trozos de oro nos rodean. Sobre tus cuatro patas, tú vigilas el paisaje. Nos proteges.
Los tres, en medio de una playa magnifica, real como este lazo que nos une.
Es así como nos veo, en medio de una inmensidad ocre, brillante, de oro. El mar, el sol nos saludan, las aves, la arena. Corremos las dos, como dos crías, felices al fin de oler el agua salina, de respirar el aire marino.
No es un tópico, es así como quiero vernos, como desearía que estuviésemos, como quiero que estemos. Pero la realidad es muy diferente.
Mantengo mis ojos cerrados, respirando con amor.
¿Te gusta el mar, Laika? Las inmensas olas que van y vienen como va y viene la sangre, va y viene el amor, la pasión y el ritmo de la vida.
Coges velocidad, corres como un lobo, te paras, me miras de lejos, vienes hacia mí riendo y ladrando de alegría.
A lo lejos vemos de repente a nuestro compañero de vida, nos saluda moviendo los brazos y vamos hacia él, casi volando. Nos abrazamos y siento el pulso de su vida en mi centro. El tambien sonríe. En la realidad no tanto pero aquí, sí. Sus brazos, que rodean mi espalda, son fuertes y seguros, sus piernas aguantan nuestros cuerpos. Estamos en equilibrio sobre una piel de oro que es esta arena suave y buena.
Aquí, él no está cansado ni enfermo. Aquí él tiene energía, fuerza, y sus ojos brillan, brillan. Aquí reina la armonía.
Nos hemos sentado y trozos de oro nos rodean. Sobre tus cuatro patas, tú vigilas el paisaje. Nos proteges.
Los tres, en medio de una playa magnifica, real como este lazo que nos une.
3 comentarios
Noctámbulo -
llydia -
Me ha gustado mucho lo que has dicho. Gracias.
augusto silva -
Esa es mi religión: soy Laiko.
La inmensidad - Es así como nos veo - oloriza el ocre, permite nuestra animalidad. Nuestra animalidad azul, infinita, nuestra animalidad difícil para los que creen en la realidad.
Mantengo mis ojos cerrados,para poder ver.
Si, eliane, me gusta el mar, las olas que hay recogido de virginia woolf: el mar no está solo.