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meditandoconlaika

Calor, calor...

Calor, calor... Hace mucho calor, Laika... Son días amarillos y espesos y el cuerpo es como una fruta húmeda, mojada... Se abren los poros, la piel vibra.

Todo baña como bajo una espesa nube dorada. Flotamos, respiramos con más lentitud. El ritmo cardiaco cambia, tiene que ajustarse a este clima bochornoso.

Tanto calor me aturde y atonta. La mente divaga. Es como tener fiebre mental. Los recuerdos aparecen un poco indecisos, como tímidos.

Cierro los ojos... Maggie me sonríe pero solamente de sus ojos tan verdes. Se da la vuelta y contemplo su ancho cuello suave y moreno. Dice:

- Esta playa parece la espalda de Dios. En ella me quedaría siempre, siempre...

El sol está en su punto zenit y el mar va y viene como bailando la samba. Hemos estado escuchando todo el día a Antonio Carlos y me siento romántica. Yo tampoco me iría de esta playa, nunca, nunca. Estirada sobre la arena ocre y lisa me olvido de todo, todo. Del hombre de mi vida, de mis perros y gatos, de mis libros. Ah, el tiempo pasa, pasa... y que pase, pase.

No, no quiero abrir los ojos, Laika... que Juan me está mirando con los suyos,oscuros y felinos. Es otra playa, en otra vida, una playa un poco aislada del pueblo, escondida entre dos montes de rocas negras, una playa materna y cariñosa, muy suave y tierna la arena y el mar entre verde y azul. Yo estoy estirada y siento que mi corazón está en su punto zenit, latiendo fuerte, fuerte. Los dedos de Juan ríen sobre mi piel morena y me gustaría que siempre fuese así, así. Mi piel húmeda y alegre y nada más, nada más. Bailar, así, sobre un campo de oro. Ah, oro fue este amor aquel verano, verano...

Espera Laika, espera... mira que estoy viendo a Jasmine correr cerca de las olas y su cuerpo largo, tan parecido al mío, parece de agua, agua. Y se acerca hacia mí, cristalina y ligera y me dice:

- Hay peces que quieren jugar, ven a jugar amiga.

Me levanto y siento mi cuerpo en su punto zenit, fuerte, fuerte. El mar acaricia mis tobillos y chillo de alegría. Si siempre fuese así, tan simple, simple. El agua del mar me abraza y me siento hija de este espacio grande como mi cielo interior. Que refrescante es la vida a veces, a veces.

Deja, Laika, que el calor me emborrache un poco, poco. Otros días vendrán, ya lo sé... Pero ahora estoy tan bien, bien... Deja, Laika, deja... Es verano y hace tanto calor, calor...

2 comentarios

llydia -

De nada Corazón, por lo del enlace. Creo que tu blog es muy bonito y me gusta mucho lo que escribes. Necesitamos, en estos tiempos, blogs como el tuyo para hacernos ver lo importante que es la interioridad.

Un beso,

Corazòn... -

Hola ;)

Como se nota que estamos en paìses diferentes, tu hablas de un dìa soleado, precioso.

En cambio yo...un dìa gris, no sè por que pero es asì...

Me gusta mucho tu blog, y gracias por el enlace, si me permites harè lo mismo. Eres una de mis lecturas favoritas.

Hasta pronto.

;o)