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meditandoconlaika

La politica del perro

Que pena, Laika, que los políticos no sean perros. A ver, entiéndeme. No me confundas ahora, vale? Que tú eres muy buena para esto. No, lo que quiero decir es que sería fantástico tener un gobierno perro. Un gobierno dirigido por perros, perros como tú, Laika. Y es que eres una perra tan feliz... Porque yo veo que los políticos no son felices. Son tan serios. Tan grises. Tan dramáticos. Un poco de sangre canina en sus venas, y verías como las cosas cambiarían! De esto estoy segura.

Mira, ya por comenzar todos podríamos disfrutar de los huesos ilimitadamente! Podríamos peinarnos con huesos entre los pelos, llevar huesos en los bolsos, ponernos pendientes en forma de hueso y morder hueso día y noche. Por la calle la gente, en vez de pelearse por tonterías, mordería hueso. Los maridos, en lugar de matar a sus compañeras, apretarían un buen hueso entre los dientes y se les iría toda la agresividad acumulada. Los crios, en vez de mirar como tontos la tele y ver tanto asesinato, se pasarían horas y horas chupando huesos, huesos de fresa o de nata, y jugarían con ellos, y sería perfecto para los niños hiperactivos.

Un gobierno dirigido por perros tendría una política sin fronteras ya que los perros prescinden de fronteras y de barreras, los perros no saben lo que es la diferencia, no tienen idea de lo que es la raza, el color de la piel, la cultura, la religión. Para ellos todo es lo mismo, todo va en el mismo paquete y cuando más mejor. Y a divertirse y a reír, que para esto estamos aquí. Dirigidos por perros todo sería más alegre y suave. Podríamos jugar, meditar bajo la luna, tendríamos más espacios verdes, más arboles, más bosques, menos autopistas y más flores.

Desaparecerían las clases sociales si nuestros mandatarios fuesen perros. Desaparecería el dinero ya que lo importante sería disfrutar cada instante, el presente, y comer y jugar. Habría menos depresiones causadas por la competitividad. El gobierno perro aboliría la explotación y las guerras. Se crearía un respeto territorial. Además no se permitirían violaciones de cualquier tipo, ni el abandono de los niños. Se acabaría con el sadismo, la violencia.

Nuestros políticos perros no invertirían en armamento ni permitirían la esclavitud. La sabiduría y la experiencia reemplazarían la poca vergüenza y la indecencia.

Ves, Laika? Un gobierno perro nos convendría. Pero para esto tendríamos que votarlo. Te gusta la idea? Ya sabia yo! Que? Que quien se ocuparía de recoger los excrementos de los políticos perros? Pues en esto no había pensado, Laika... Tú, sí? Los gatos? Pues vale, idea aceptada.

1 comentario

Joaquín -

Guau! :-)