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meditandoconlaika

Ultima mirada en una habitación

Ultima mirada en una habitación En la habitación reina una luminosidad amarillo tierno, ahora que el sol se está escondiendo. Pedro, de pié enfrente de la ventana, fuma en silencio. A lo lejos él puede ver la línea azur del mar. Y así, de perfil, todo su cuerpo como reposado y tranquilo, yo lo miro desde un rincón de la cama, esta cama ancha y blanca y suave.

Alomejor ya no nos volveremos a ver nunca más. ¿Y acaso esto tiene mucha importancia?

En esta cama, pienso acariciando la sabana, en esta cama ya no volveré a estirar mi largo cuerpo. Cuantas camas, antes de llegar hasta aquí. Y cuantas otras, recordándola.

Parece un cuerpo parado en el tiempo, el cuerpo de Pedro. Tiene un brazo apoyado sobre el gran ventanal y su mirada me la imagino clara y sonriente. Me la imagino bañada por estrellas. Me la imagino buena y directa.

- Aquí enfrente, dice, vive un viejo solitario. Cada mañana sale y se queda largo rato sentado sobre una silla de mimbre mirando en el vacío. Uno de estos días, ya no habrán ni viejo ni silla de mimbre. Vendrán otros locatarios, seguramente mas jóvenes. Todo es cambio, amiga.

Es la primera vez que Pedro me llama así. ¿Cómo haré para no olvidar la tonalidad de su voz al pronunciar esta palabra que solo tiene sentido para mí? Amiga: mi juguetona, mi loca, mi cómplice, mi hermana.

Inescrutable perfil de Pedro... Su cuerpo es un misterio, sus formas y recodos son como caminos en un bosque y a cada vez es un nuevo camino que emprendo con él, un camino libre y salvaje. Cambio, cambio. Cierro los ojos y murmuro esta palabra como si fuese un caramelo en mi boca. Cambio...

Como la luz o el aire. O como las estaciones, como este balcón dónde un viejo ya no sabe dónde reposar su mirada, como mi proprio cuerpo, y hasta como mi pobre corazón. Todo inestable, en movimiento.

El brazo de Pedro sobre el cristal. La ciudad va oscureciéndose con tranquilidad, a ritmo de tortuga. Del amarillo, ahora estamos bañados por un tenue resplandor ocre. Los hombros de Pedro son como de oro, pero la luz parece venir desde el interior de su cuerpo, atravesando vísceras y músculos, atravesando esta piel suave que hace poco acariciaron mis manos.

Una cama que tambien es cambio, a cada vez.

- Una tarde, dice Pedro, paseándome en aquel bosque me encontré a un pájaro herido. Había caído de un árbol por el calor sofocante y yacía sobre la tierra, cansado y desesperado, una de sus alas abiertas. Lo cogí entre mis manos y estuve largo rato sintiendo su corazón palpitar...

Un ultimo rayo de sol aflora a lo lejos, iluminando el parqué bajo los pies de Pedro. Serpiente brillante este ultimo rayo atravesando la atmósfera hasta llegar hasta aquí, en esta habitación.

- Hay veces que desearía sentir el palpitar de la gente de esta manera, corazón contra corazón. Y es tan difícil... tan difícil. Pero, ¿sabes? no dudo que lo consiga, en ciertas ocasiones.

Pedro sigue solitario mirando la ciudad a través del cristal. Es una ciudad muy grande y Pedro la conoce bien. Es más grande y peligrosa que un bosque encantado, más dura, más intransigente. De repente me inunda una gran alegría al pensar en Pedro en medio de esta metrópolis, buscador del contacto esencial. Que felicidad saber que Pedro existirá aunque yo me vaya lejos, lejos. Aunque yo me vaya y ya no lo vuelva a ver nunca más. Aunque otra mujer, quizas, contemple este cuerpo mirando la línea de un horizonte infinito y azul.

Apenas ocre, ahora. El paso de tortuga nos regala una oscuridad casi lila. Podría encender una vela, de estas que huelen a lavanda, pero me quedo quieta sobre la cama escuchando acercarse el silencio de la noche.

Escuchando: Bernard Herrmann, Taxi Driver

6 comentarios

rosa -

Yo tambien te tengo en mi corazón, emocionado por tu bella prosa.
Hasta pronto te espero.
Un abrazo fuerte.

lydia -

Amigos interplanetarios (ya que cada blog es como un planeta con sus estrellas y sus soles y sus lunas) os agradezco mucho vuestros comentarios y vuestra visita. Estos dias no tengo mucho tiempo para visitaros ya que me voy a vivir en otra región y hay muchas cosas que hacer... Os tengo en mi mente y en mi corazón.

Un besito para todos,

Ardi -

Sólo puedo dibujar una sonrisa, un poco triste porque todo lo que escribes tiene ese poso, pero sonrisa. Lo sabes.

Magda -

Querida Lydia, te dejo un beso, un abrazo y la alegría de volver a estar aquí.

Lametones de Popi a Laika.

Corazón... -

Hola :)

Quiero sepas, que en silencio siempre vengo a visitarte :) disfruto de tus lecturas y silenciosamente me voy.

Cómo dice Hechi, tienes el don de emocionarnos y tocar las fibras de nuestro ser :)

Besos y saludos, que tengas un buen día!

;o)

hechi -

De verdad que tienes el don de emocionarme...