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meditandoconlaika

Mi tío Ricardo

For certain is death for the born
And certain is birth for the dead;
Therefore over the inevitable
Thou shouldst not grieve.
Bhagavad Gita (250 BC - 250 AD)

Mi tía, que tiene el pelo de plata y la piel ligeramente arrugada es, en mi vida presente, el único contacto que puedo tener con el pasado familiar. Yo la suelo llamar, en mi interior, ¨la llavera de las puertas incognitas¨. Es un titulo que le va bien ya que nunca sé, cuando la veo, que llave sacará ni que puerta abrirá.

Ayer fue una tarde muy blanda, pegajosa, blanca. El sol no había salido, el cielo era gris, un poco tristón. Decidí ir a visitar a mi tía.

Cuando veo a mi tía, y no la veo muy a menudo, siempre me pongo muy contenta. No solamente porqué ella es el único contacto que tengo con lo que se suele llamar la familia, sino más bien porqué veo en ella una gran sabia. Una especie de pequeño Buda.

Como siempre pasa cuando estamos juntas acabó sacando la caja de las fotos.

- Mira, tu tío Ricardo. ¿A que era guapo?

Efectivamente tengo enfrente de mí un hombre interesante, viril. De pié, los brazos cruzados, este hombre que nunca he conocido mira de lado y se puede ver su perfil, un perfil imponente y serio que muestra una gran fuerza de carácter. La nariz rectilínea y los labios espesos, las largas pestañas. Fuerza de carácter pero suavidad a la vez. Si, un hombre muy interesante.

- ¿Tenía novia?

Mi tía sonríe pero no a mí sino a la foto, al hombre que fue su hermano, hace muchos años.

- Pues si. Tenia una chica muy maja, rubia y con el pelo muy largo, tambien era muy inteligente. Los dos hacían una pareja estupenda. Pero pasó lo que paso. Vino la guerra, que los separó. Y después la paz, que los separó definitivamente ya que tu tío estaba herido de por dentro, enfermo. Esta paz que fue casi peor que lo de antes, con sus lentejas y sus miserias, sus muertes, sus asesinatos en masa. Si...

Yo no sé nada, o tan poco, cuando estoy con mi tía. Y la guerra, aquella guerra tan salvaje, tambien es algo que ignoro, como ignoro todo sobre los tíos y las tías que murieron durante aquellos años tan terribles.

- Pero no creas... tambien habían momentos de una alegría audaz, de una alegría espesa y potente como los relámpagos, y cuando tu tío volvió del campo de concentración nos pusimos todos tan alegres, era como tocar el cielo con las manos, como bailar con el sol.

En momentos así, cuando mi tía es poeta y sabia a la vez, yo no me atrevo a mirarle los ojos porqué sé que en ellos vería algo que solo es de ella, algo intimo y bello que no es mío. Entonces me concentro en la foto y escucho su voz, profunda y melodiosa.

Es como ver a alguien llorar. Yo no quiero ver a nadie llorar.

- Se había adelgazado mucho, es normal, había tanta hambre... Pero siguió estudiando, por las noches. No paraba. Y seguía amando.

Mi tía se pasa la mano sobre la frente, una mano oscura y fuerte, unos dedos que han vivido mucho, han tocado mucho, han acariciado mundos y vidas. Mi tío sonríe. Hay energía en esta boca hambrienta. Hay pasión y voluntad de vivir. ¿Por qué, entonces? Se llamaba Dolores, dice mi tía, era una mujer, existía, se movía, reía, pensaba. Gracias a su energía tan vital tu tío llegó a terminar los estudios de física pero la muerte es más fuerte que todo, hija mía. La muerte es como una tormenta. ¿Que se puede hacer cuando hay tormenta? Nada. Solamente esperar a que pase. Las tempestades son como la furia de los Dioses. Y nosotros no somos nadie.

En la foto mi tío sonríe, la misma sonrisa de mi tía, una sonrisa triste. ¿A quien está mirando con estos ojos tan brillantes? Quizas Dolores esta detrás del objetivo. Mi tío, luego, abrirá los brazos y abrazará a esta mujer que lo ama. Se besarán. Es verano y el cielo es azul, así quiero verlo yo. El aire, el sol, el polvo, el agua, todo presente alrededor de una pareja.

- Se quisieron mucho, dice mi tía de pronto. Hasta el ultimo día. Lo llevamos al hospital San Pablo, aquí, y ella no paró de venir, cada día, como una hormiguita trabajadora venía, lo limpiaba, le hablaba del futuro. Él la insultaba porqué no quería que ella viese. Pero Dolores fue una mujer muy fuerte.

Mi tío abre los brazos, son fuertes y potentes como alas de águila. Dolores entra en ellos, se deja llevar. Mi tío me mira y sonríe. Todo pasa y todo es cambio.

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